¡Solo gracias!
¡Por todo y para siempre!
En los últimos meses del año 2024, en todas las latitudes donde estamos presentes, fueron recordados y celebrados muchos aniversarios de consagración. En todas partes hemos elevado oraciones de agradecimiento por el don de la vida consagrada, por el don de las Hermanas fieles a la vocación recibida, por el don de nuestro carisma sacramental que a lo largo del tiempo ha traído y dado frutos de santidad y alegría.
Una alegría compartida. ¡Incluso en la fiesta!
En Ecuador la Hermana Rosangela fue recordada por el 50 y las Hermanas del 25, en la Casa Madre las Hermanas del 50 celebraron juntas, en Colognola las Hermanas del 60 y 70!
La celebración para nuestras Hermanas mayores en Colognola fue significativa. Decoraciones, almuerzo, misa de acción de gracias, rosario animado por nuestra Madre y, finalmente, ¡un alegre entretenimiento que animó e involucró a todos en un triunfo de alegría visible! Todo fue preparado con esmero y amor en señal de agradecimiento a tantas Hermanas mayores que continúan edificándonos con su fidelidad y oración.
En todas partes y en el corazón de cada uno, celebren y todos los que celebramos y nos alegramos, resuena una palabra llena de asombro: ¡Gracias! ¡Por todo y para siempre!